El Leñador
Era un leñador a la vieja usanzavivía de su trabajo, no más
Y la ruidosa vida ciudadana
se hallaba lejos de su hogar.
Las máquinas serraban rápido
y lo hacían mejor
y él poca cosa podía
ante esa competencia feroz.
No he de cortar por cortar
ni talar por talar, creo yo.
He de hacer lo que debo, nada más
puesto que si hago más, es peor.
He de escuchar la voz
que dice en mi interior
Haz tu trabajo y no temas,
a ellos les llegará el dolor.
(Noviembre 1985)